Este es un tema que repetidamente acude a mi
mente y que me plantea un serio dilema por los resultados que ofrece
cada perspectiva.
Como bien sabéis, siento una gran fascinación
ante cualquier lengua extranjera. Lógicamente tengo mis preferencias y
no todas me atraen por igual, pero el interés está siempre presente.
Ahora bien, a lo largo de los años he ido comprobando
cómo por mucho que me interese una lengua y la estudie con seriedad,
los resultados no son lo suficientemente satisfactorios si no existe un
objetivo más allá del simple interés. Tomemos por ejemplo el finés o el
islandés. Se trata de dos lenguas que me apasionan,
cuya ortografía es preciosa y que cada vez que las escucho no puedo más
que maravillarme. Sin embargo, tras varios meses de estudio siempre
llego a un punto en el que me pregunto a dónde verdaderamente quería
llegar, me desanimo en cierta manera y dejo de
estudiar. Quizás se deba a que una vez conocidas las bases, lo único
que queda es profundizar en el idioma y como a corto plazo no es
imprescindible para mi supervivencia, ese interés inicial desaparece.
Por ello, me inclino a pensar que se consiguen los mejores
resultados cuando tienes un objetivo concreto y el idioma es el medio
para conseguirlo.
En este caso, tomaría como ejemplo mi
experiencia con el chino. Comencé a estudiarlo porque me parecía
interesante (y útil, por supuesto), pero fundamentalmente porque quería
solicitar una beca para la que era clave el contar con un conocimiento
del idioma y, a ser posible, un título del HSK. Con este objetivo en
mente me apliqué y logré sacar muy buenas notas en mi curso en la UC y
después seguí estudiando por mi cuenta hasta que aprobé el HSK1. De
igual manera, con el japonés tengo varios objetivos
en mente (entre ellos, acceder a los estudios históricos en dicho
idioma) que me impulsan a no abandonar su estudio y a seguir día a día
luchando por mejorar, y los resultados que obtuve, por ejemplo, en el
Noken me vuelven a demostrar que el nivel que alcance
en un idioma dependerá de si tengo un objetivo en mente.
Así pues, estas experiencias me han enseñado que
los mejores resultados en el aprendizaje de un idioma se obtienen
cuando nos marcamos un objetivo concreto en el que el idioma es un
importante medio para alcanzarlo.
¿Qué opináis vosotros? ¿Habéis alcanzado un
mejor nivel en el idioma cuando lo estudiabais por mero placer o cuando
teníais un objetivo más allá de lo lingüístico?
Tener una motivación es muy importante para no desanimarse y tener un compromiso algo como voy a conseguir este certificado de tal idioma o voy a hacerme profesor de este otro idioma o voy a convertirme en experto mundial de tal lengua muerta jejeje. Creo que establecer una relación de amistad con hablantes del idioma ayuda bastante además formar parte de alguna asociación que fomente la cultura de ese idioma puede ser una buena forma de fortalecer el vínculo con ese idioma, sentirte parte y defenderlo ayuda mucho a no cesar en el empeño.
ResponderEliminarMuchos ánimos!!